Tendía a enfocarme demasiado en mis problemas, en aquello que había en mi vida que creía que tenía que resolver, lo mas pronto posible. Tenía una imagen de cómo se suponía que debían ser las cosas y buscaba resolverlas de la manera que pensaba, mis resultados esperados.
Cuando las cosas no resultaban como pretendía, daba espacio en mi vida a pensamientos y sentimientos negativos, que causaban una acumulación de inseguridades porque nunca me creía suficientemente capaz de hacer las cosas perfectas, como yo las había preconcebido.
Mi necesidad de concentrarme en los resultados que quería, hacían que mantuviera toda mi atención y acción en resolver aquello que no quería, en mis problemas. Analizo con detalle esta tendencia en el artículo Resultados vs esfuerzos, que está profundamente relacionado con lo que leerás mas adelante.
Creo que todos dedicamos demasiado tiempo pensando en cómo y cuándo resolveremos o se resolverán nuestros problemas. Ponemos nuestra atención en el lado negativo de lo que hay en nuestra vida buscando cambiarlo o ajustarlo a nuestros deseos.
A lo que le pones tu atención crece en tu vida. Si le pones mucha atención a resolver tus problemas, ellos crecerán irremediablemente y en el mejor de los casos, nunca se resolverán.
Se honesto. ¿Piensas constantemente en todas las cosas que necesitas resolver y solucionar?
La atención del cerebro
Nuestro cerebro es un herramienta muy poderosa que trabaja constantemente y necesita el 20% de nuestra energía para funcionar. Mas allá de su poder, la manera de procurar la eficiencia es a través del descarte de información que no es relevante para su atención.
Por ejemplo, hay un experimento muy famoso realizado por Christopher Chabris y Daniel Simons en la Universidad de Harvard en 1999, que trató sobre poner a una audiencia a observar un video sobre personas que se estaban pasando un balón, la meta era que los espectadores contarán la cantidad de veces que los balones pasaban de una persona a otra. Mas allá de la exactitud de la cuenta que llevaron, la mayoría no vio un hombre disfrazado de gorila que bailó en el centro del escenario brevemente.
Este fenómeno es un error atencional y sucede cuando el espectador está saturado con estímulos y no puede prestarle atención a todos, por lo que selecciona a cuáles dirigir su atención. El cerebro omite información para concentrarse en la tarea a mano.
Si llevamos esto a un plano mucho mas grande que una tarea a mano, si te concentras en lo positivo, el cerebro omite lo negativo. De igual manera, si le pones toda la atención a tus problemas omites todas las virtudes de tu vida y la abundancia que se cruce en tu camino.
Si te concentras en lo que te falta, no ves lo que tienes ni lo que quieres.
Esto aplica para todas las áreas de nuestra vida, para todas nuestras experiencias y para todas las personas que forman parte de nuestros días.
Vivir una vida abundante es posible. Es posible porque la vida es inherentemente buena y el objetivo de nuestros tropiezos es hacernos evolucionar a nuestra mejor versión.
Herramienta para quitarle atención a tus problemas
Escribí este artículo para darte una herramienta que poco a poco te ayudará a desenfocarte de tus problemas. De la magnitud del problema dependerá la dificultad que tendrás para ponerla en práctica. Por ejemplo, si tienes alguna enfermedad o dolor crónico, puede ser muy difícil dejar de concentrarte en tu problema. Si por el contrario, tus problemas son mas parecidos a diligencias por cumplir, puede ser mucho mas fácil aplicar la herramienta.
El objetivo es buscar momentos breves de paz mental e irlos aumentando progresivamente.
La herramienta
Piensa en un problema que quieras resolver, no debería ser difícil, busca uno que ocupe tu mente con regularidad.
Regálate tres minutos para sentir como te sentirías si ya hubieses resuelto el problema. No es buscar ni pensar en cómo es la solución, es solo sentir los sentimientos positivos que recorrerían tu mente si ya tu problema estuviese resuelto en tu vida. Por ejemplo, si sufres de alguna enfermedad, siente lo feliz que serías si estuvieses completamente sano, siente cómo disfrutarías de tu vida teniendo tu cuerpo en perfecto funcionamiento.
Pasados los tres minutos di gracias, gracias, gracias. Solo gracias.
Si tu problema es muy grave, es posible que no aguantes tres minutos. Lo que puedas es suficiente. A medida que lo repitas aumentarás el tiempo y la frecuencia de uso de la herramienta.
Mientras mas repitas este ejercicio a lo largo de tus horas del día, mas calma le traerás a tu mente para ir reduciendo la importancia que le das a tu problema en tu vida. Puedes intentarlo tres veces al día, en la mañana, al mediodía y en la noche; si no lo logras, inténtalo en la mañana y en la noche. Lo importante es hacerlo lo mas que puedas, a tu ritmo, pero hacerlo.
Lo que haces con el ejercicio es regalarte momentos breves de sentimientos positivos mientras te distraes del problema, a medida que vas aumentando la frecuencia en que lo usas, le vas quitando mas atención a tu problema, esto es lo único que permite que se desdoble la solución ante tus ojos.
A medida que aumentas los minutos de paz mental que traes a tu vida, todo va mejorando en ella. Darte paz mental también es darte amor propio, tema en el que me extiendo en otros artículos.
Recuerda, si piensas en lo negativo, tu cerebro omite lo positivo. Si te concentras en lo que te falta no puedes ver lo que tienes.